Viajar a otro país tiene grandes beneficios, además, ahora hay cada vez más posibilidades para viajar al extranjero a un bajo costo. Hay numerosas ofertas y formas de viajar: viajes organizados, interrail, viajes organizados por uno mismo, becas de idiomas, todo ello nos permite aprovechar las ventajas de conocer otros países, sus habitantes, tradiciones, etcétera.

¿Porqué es bueno viajar al extranjero?

Desde el punto de vista psicológico es bueno porque:

• Aumenta la flexibilidad cognitiva. Cuando viajamos conocemos nuevos idiomas, costumbres, sabores, personas, olores,… lo que nos permite tener la mente más “abierta” tanto a nuevas experiencias como a otras que ya hemos vivido.
• Aumenta la tolerancia y el respeto a lo desconocido. Debido a que conocemos otras formas de vivir, comer o ser, aumenta nuestra tolerancia y respeto por aquello que sentimos diferente y rompemos los estereotipos y prejuicios que tenemos.
• Disminuye el estrés y la ansiedad, puesto que viajar supone disfrutar, desconectar, vivir el presente (y no pensar tanto en el futuro, que tanto nos “agobia”). Nuestra atención se centra en lo nuevo y externo (no en nuestros problemas o preocupaciones) y esto nos permite relajarnos.
• Favorece las relaciones sociales. Conocer a personas nuevas supone tener que desarrollar nuestras habilidades sociales.
• Permite el autoconocimiento. Dado que tenemos más tiempo para reflexionar y para descubrir nuevos placeres, viajar ayuda a conocerse a uno mismo. También, podemos encontrar nuevas capacidades que tenemos, y no conocíamos, al enfrentarnos a situaciones nuevas que solo pueden darse al salir de nuestro día a día rutinario.
• Se valora más lo que se tiene. El hecho de estar lejos del hogar y las personas que nos ofrecen seguridad, cariño y comodidad hace que los valoremos más a la vuelta.
• Mejora la capacidad para resolver problemas, puesto que cuando viajamos salimos de nuestra zona de confort, que es el entorno habitual en el que se desarrolla nuestra vida donde nos sentimos seguros y cómodos. 
• Se superan los miedos: Antes de algunos viajes, especialmente si son en solitario y a países muy diferentes a los nuestros, se tienen diversos temores («Y si no me entienden», «y si no encuentro mi lugar», «y si me secuestran»…), por lo que cuando «se da el paso» y se viaja a pesar de la angustia que nos provocan y se descubre que no ocurre nada o «que no era para tanto», suele disminuir la intensidad de nuestro malestar y  estos miedos terminan por desaparecer.
• Aumentan los niveles de felicidad, dado que se generan unas hormonas llamadas endorfinas que son unas hormonas que se crean en nuestro organismo y que nos hacen sentir placer.
• Aumenta la asertividad y empatía, debido a que viajar nos da la oportunidad de conocer otras situaciones, personas y formas diferentes de comunicarse, lo que hace que tratemos de ponernos más en la posición del otro, a que intentemos que nos entienda y nosotros entenderle intentando superar las limitaciones o dificultades que encontremos.
• Se estimula el cerebro. Como ya se ha comentado con anterioridad, a veces, viajar supone un desafío y todo lo que implique enfrentarse a situaciones nuevas hace que nuestro cerebro se desarrolle, pues debe aprender a afrontar la nueva situación.
• Fomenta el pensamiento crítico. Cuanto más desarrollado nuestro cerebro y más aprendizajes tengamos acumulados, más capacidad tendrá nuestro cerebro para trabajar con información de diversos tipos permitiendo así una forma de pensamiento más complejo y una forma de razonamiento más elaborada, es por ello que se fomenta el pensamiento crítico.  Además, esto está influenciado también por otras cuestiones que ya  han sido tratadas en este post, como el hecho de que viajar hace que “nos quitemos prejuicios”, que seamos más tolerantes, aumento de la flexibilidad cognitiva… Por ello, podemos formar opiniones individuales y no guiarnos solo por lo que “nos dice” la sociedad.

Por todo ello, ya no hay excusa para no viajar.